viernes, 15 de febrero de 2019


¡RESCATEMOS UNA ACTIVIDAD MILENARIA Y ÚTIL PARA LA ECONOMÍA YUCATECA!
Con relación los señalamientos difundidos por un rotativo que circula en la entidad, en el que se plantea: “En Yucatán más de 11 mil productores de miel enfrentan una crisis que aumenta paulatinamente, ya que los centros de acopio están amafiados y les ofrecen 45 pesos por el kilogramo, mientras que en el resto del país alcanza los 70 pesos, esto, sumado a problemas del medio ambiente y las plagas, los coloca en circunstancias adversas, revelaron representantes de diversas agrupaciones, tras señalar que la producción ha caído hasta en un 70 por ciento.”[1] Quienes formamos parte de la Unión Nacional de trabajadores en Yucatán, manifestamos lo siguiente:
El solapamiento de la corrupción por parte de las autoridades tanto municipales como federales, sin lugar a dudas han influido para que la situación de decenas de miles de hombres y mujeres, que dependen de la actividad melífera, se encuentren en riesgo de ser parte de la legión de víctimas de la impunidad con la que se protege las ineficiencias y las deshonestidades de funcionarios y gobernantes, en la entidad.
La indolencia y el desinterés con la que han actuado con respecto a los procesos ambientales, mismos que como es bien sabido,  son temas nodales de la agenda del mundo contemporáneo. No hay que olvidar que en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, signada por nuestro país en mayo del presente año se establece en los objetivos 13 (Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático  y sus efectos), 14 (Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares  y los recursos marinos para el desarrollo sostenible) y 15 (Promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras  y frenar la pérdida de la diversidad biológica) como prioridades  de vital trascendencia para las presentes y futuras generaciones.
Pese a la ignorancia, desdén, indiferencia o desinterés hacia los temas de carácter ambiental, evidenciados de muy diversas maneras por los políticos y los funcionarios de los partidos promotores y aliados de las medidas neoliberales ,  se han multiplicado y e dejan escuchar las voces  la ciudadanía, que ya sea, acuerpada en colectivos u organizaciones de carácter sectorial como la UNTA, exigimos  que se adopten más medidas tendientes a revertir este proceso de disminución de una de las actividades que históricamente ha contribuido para sustento de la economía yucateca. Y que requiere medidas de mayor calado para evitar su total colapso. Esto es,  contribuir  con la adopción de políticas públicas, para que:
      Desde el ámbito de las instancias gubernamentales que correspondan  se reviertan las causas y los efectos de la acelerada depredación ambiental que se ha venido llevando a cabo en las últimas décadas. Lo cual se ha traducido en impactos negativos para agricultores, productores de miel y pescadores.
      Desde el ámbito de las instancias, que presumiblemente debieran de estar implementando para erradicar la corrupción de la realidad yucateca, es emplazamos a que investiguen de manera seria, ética, profesional y responsable lo que aconteció con Apícola Maya, misma que “operaba en la entidad desde hace 50 años con mil 800 socios,….(y que por) los malos manejos acabaron con esta buena producción y en 2010 el Servicio de Administración Tributaria (SAT) le realizó una auditoría a la empresa en la cual no pudo comprobar con facturas la compra de 38 millones de miel a campesinos; el cierre se concretó en octubre de 2016.”[2]
Desde la UNTA-Yucatán, consideramos que se  requieren medidas que prioricen las necesidades de las miles de familias yucatecas que dependen de la miel en Yucatán. Para ello ofrecemos nuestra plena disposición, nuestra experiencia y nuestro compromiso con la autosuficiencia alimentaria de nuestra entidad y de nuestro país.

¡Hasta la victoria siempre!
Atentamente

Guillermo Cauich Duran
Dirigente de la UNTA en Yucatán

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