En lo que va del año, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ya clausuró cerca de 40 sancochaderos de pepino de mar, como parte de la conservación de ésta especie altamente cotizada en el mercado asiático, informó el delegado de ésta dependencia, José Lafontaine Hamui.
Destacó la labor conjunta con las fuerzas armadas tanto federal como estatal, e incluso, con las policías municipales, ya que de ésta manera hay un mayor control para la protección y preservación del equinodermo.
Lamentó que no todos los ayuntamientos apoyan en el combate para evitar la depredación de ésta especie marina, cuyos motivos desconoce, y remarcó la importancia del trabajo coordinado entre todas las instancias gubernamentales.
Consideró de irónico y sorprendente el hecho de detectar sancochaderos o centros de procesamiento en pleno centro de la población, por lo que ya se investiga la participación de las autoridades municipales.
Los sancochadores detectados hasta el momento son de diversos tipos, tanto incipientes como elaborados y resistentes, así como de tamaños diferentes, lo que demuestra la problemática que prevalece al respecto.
Detalló que algunos están entre el manglar, donde lo "utilizan en la noche, en lo escondido, en lo remoto", para procesar y lavar pepino de mar para su comercialización ilícita.
Aseveró que hay un combate frontal contra la captura ilegal del pepino del mar por parte de los tres órdenes de gobierno, aunque "hay municipios donde este apoyo no se da al 100 por ciento".
Sin embargo, reconoció que ya se observa la construcción de sancochaderos en áreas urbanas, incluso en sitios considerados como Área Natural Protegida (ANP), donde tampoco lo permite el Plan de Manejo Integral.
Ejemplificó el caso de San Felipe, en cuyo pleno poblado se le detectó, e incluso ya estaban muy avanzada su construcción, al grado que incluía cerca de una veintena de tanques de gas.
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